Praderas y arroyos del Pinar de Valsaín
El macizo de Siete Picos está situado en la parte central de la Sierra de Guadarrama, entre los puertos de Navacerrada y la Fuenfría y presenta una característica silueta quebrada fácilmente identificable desde la llanura madrileña. Es una zona muy visitada por los madrileños, especialmente la del Puerto de Navacerrada durante el período de nieve.
La ladera norte de este macizo está ocupado por un extenso pinar, salpicado de verdes praderas y de arroyos que se extiende, prácticamente desde las cumbres hasta la Granja de San Ildefonso. En concreto, la zona que nos proponemos conocer tiene forma de Y, situandose en sus puntos superiores los puertos de Navacerrada y Fuenfría; los dos lados vendrian marcados por el arroyo del Telégrafo que discurre casi paralelo a la carretera de las Siete Revueltas que baja de Navacerrada y el arroyo Minguete que baja desde la Fuenfría, uniendose ambas líneas en el paraje de la antigua Casa de la Pesca donde confluye ambos arroyos; finalmente el tramo último de la Y vendría a ser el rio Eresma hasta pasada La Granja.
Para visitar en su totalidad estos parajes, hemos diseñado tres marchas que se corresponden con las partes superior, media e inferior de la ladera y que las hemos denominado, respectivamente, como:
¨ Siete Picos y Camino Schmidt
¨ Praderas y arroyos del Pinar de Valsain
¨ Las Pesquerías Reales.
Hoy vamos a hacer un itinerario por las praderas y arroyos situados en la zona media de la ladera.
Iniciamos la marcha en la fuente de la Canaleja, junto al Puente de la Cantina, donde hay una explanada que nos permite dejar el coche. Subimos unos metros por la carretera para, nada mas cruzar el puente y la carretera, tomar un sendero que se inicia paralelo al río. Se cruza un portillo y se continua recto por el sendero hasta salir a una carretera asfaltada sin tráfico. Esta pista es la conocida como Cruz de la Gallega. Seguimos por esta pista en suave descenso hasta que la misma cruza el arroyo del Telégrafo, como a un kilómetro desde el inicio (15 minutos). En este punto hay un pequeño ensanche a la izquierda que coincide con el solar de lo que fue la Casa de la Pesca; y al otro lado hay unas praderitas muy agradables junto al arroyo Minguete que aquí confluye con el del telégrafo.
Aquí podemos iniciar la subida por la misma orilla del arroyo del Telégrafo, pero es más cómodo continuar por la carretera como otro medio kilómetro más hasta llegar, poco despues de pasar lo que parece una tumba (hay una lápida con una inscripción), a una pequeña explanda a la izquierda con restos de madera y una serie de sendas no muy marcadas (25 minutos). Iniciamos la subida por la senda que sale más a la izquierda, casi como si fuéramos en sentido contrario al que traiamos hasta ahora. En no más de diez minutos la senda cruza el rio y continuamos por ella ahora con el arroyo a nuestra derecha (margen derecha del arroyo). En otros treinta minutos llegamos a una pequeña explanda un poco calva, con unas rocas a modo de mirador. En este punto pasa muy cerca una carretera asfaltada, sin tráfico, que procede de la quinta revuelta y que acaba un poco más arriba.
Pero no tomamos esta carretera, sino que pasadas las rocas buscamos un camino que baja hacia el arroyo que es el que vamos a seguir. Cruza el arroyo (en las proximidades hay una choza de troncos) y comienza a subir suavemente para en diez minutos plantarnos en la pradera de Navalazor, con unas rocas a modo de mirador casi simétricas respecto al arroyo al mirador del lado contrario. Esplendidas vistas del pinar desde ambos miradores.
Continuamos subiendo por esta senda conocida como camino de Lumbralejos, y en poco más de media hora alcanzaremos un cruce que tomaremos hacia la izquierda, donde se divisa, en la parte superior, pero relativamente cerca el inicio de una pradera. Subimos, aunque el camino se pierde, en la dirección que llevaría si no se perdiera y en un momento alcanzamos la parte superior: es la pradera de Navalviento. Magnífica pradera, que por estar situada en el punto mas alto de nuestro recorrido de hoy es ideal para descansar, comer y relajarse.
Si atravesamos la pradera en la dirección que traíamos cuando llegamos, no nos será difícil encontrar un nítido camino que en un momento nos llevará a cruzar el arroyo Ventoso. Aquí el camino gira a la izquierda para continuar casi paralelo al arroyo aunque algo alejado y en otros treinta minutos alcanzamos el arroyo del Telégrafo en su confluencia con el Ventoso.
Aunque aquí tendremos que continuar bajando, es recomendable ascender por el arroyo unos diez minutos para visitar una pequeña cascada que cae un poco más arriba.
Volvemos al punto al que habíamos llegado antes: aquí hay una explanada, una construcción semisubterranea y un puente donde se inicia la carretera asfaltada que va a la quinta revuelta y que a la subida divisamos cerca de un mirador. Continuamos por esta carretera precisamente hasta ese punto, y a partir de aquí comenzamos a bajar por el mismo sitio por el que habiamos subido a la ida.
En una hora aproximadamente habremos llegado de nuevo al Puente de la Cantina donde nos esperará nuestro coche después de unas cuatro horas de caminata y de haber disfrutado de un magnífico paisaje muy fresco y sombreado.
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