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Lugar: Madrid, Madrid, Spain

sábado, 15 de abril de 2006

Parque Natural de Monfrague y Plasencia




En esta Semana Santa de 2006 en que por circustancias familiares no hemos podido salir unos días de Madrid, nos hemos tenido que conformar con salidas de ida y vuelta en el mismo día; pero aprovechando el descenso de tráfico de los días intermedios nos hemos permitido alejarnos algo más de lo habitual y conocer una zona de esas que se nos quedan en el “tintero” porque están quizá demasiado cerca para hacerlas en varios días y demasiado lejos para uno solo. Es el caso del Parque Natural de Monfrague y la ciudad de Plasencia.


El Parque Natural de Monfrague se encuentra en la provincia de Cáceres en el triangulo formado por las poblaciones de Navalmoral de la Mata, Trujillo y Plasencia. En la confluencia de los rios Tietar y Tajo. Es un paisaje de bosque mediterraneo donde se asientan y tienen refugio multitud de especies animales de gran interés. Y rodeando el parque se encuentra la dehesa, ecosistema modelado por el hombre y ejemplo de desarrollo sostenible.


Pero como la información sobre el parque es abundante me limito a dar referencia de su página oficial: http://www.monfrague.com/index.shtml y a continuación solo comento mi itinerario y experiencias.


Mi objetivo era ver la mayor parte del parque, hacer una marcha a pié de unas tres o cuatro horas y aprovechar el final de la tarde para visitar Plasencia.


El centro de información del parque está en Villarreal de San Carlos y desde allí parten una serie de itinerarios diseñados para conocerlo, preferentemente a pié. Pero, si se va desde Madrid mi propuesta es entrar en el parque por Serrejón, para lo que hay que dejar la autovía en la salida de Almaraz Sur, dirijirse a este pueblo y a la salida del mismo tomar el desvío a el embalse de Torrejón. Por este camino, salpicado de multitud de miradores en los que es posible y recomendable parar el coche, llegaremos a Villarreal de San Carlos con medio parque visitado.
En Villarreal de San Carlos hay un centro de información, otro de interpretación y otro más sobre el agua. Y de aquí parten las tres rutas propuestas. Nosotros elegimos, por ser la más representativa, la ruta roja, cuyo principal punto de destino y centro del parque es el Castillo de Monfrague. Esta ruta se tarda en hacer unas tres horas y media y se puede dividir en varios tramos:


Villarreal – Fuente del Francés: Es un trayecto de unos 40 minutos todo de bajada que transcurre con el rio a nuestra izquierda y la carretera a nuestra derecha, con tramos por la propia carretera. El rio se cruzaba por el Puente del Cardenal pero actualmente este puente queda sumergido por el embalse y hay que continuar 1 kilómetro más adelante para poder cruzarlo por el puente moderno de la carretera. El puente del Cardenal fue el tradicionalmente usado y precisamente Villarreal de San Carlos fue una población implementada por Carlos III para la defensa y control del citado puente. Todo este camino coincide con la Cañada Real Trujillana muy utilizada en aquellos tiempos para la trashumancia del ganado y de hecho, en todos los alrrededores de Villarreal de San Carlos se conservan diverzos chozos de los utilizados entonces.


Fuente del Francés – Castillo de Monfrague: Desde la Fuente del Francés, situada en el extremo del puente nuevo, parte una senda en fuerte pendiente que nos conduce en una hora aproximadamente al castillo y ermita de Monfrague. Es una subida muy bonita y muy tranquila en comparación con el tramo anterior, ya que aquel tenía el inconveniente de la cercanía de la carretera. Arriba hay unos restos de castillo y una ermita y unas soberbias vistas panorámicas sobre todo el parque. Pero tiene tambien otro inconveniente para el que acaba de subir y sufrir toda esta fuerte pendiente: y es que por el lado opuesto han construido una carretera que llega casi hasta el pié del castillo que termina en una gran escalinata que llega hasta el mismo, con lo cual, despues de haber subido el trayecto casi en solitario se encuentra uno arriba a una pequeña multitud de niños, mayores, con zapatillas de deporte y con zapatos de tacón.


Castillo de Monfrague – Salto del gitano: Bajada por la carretera hasta la misma orilla del río. El Salto del Gitano está formado por dos rocas a ambos lados del río con un mirador en una de las márgenes, en las que se pueden obsevar principalmente la colonia numerosa de buitre negro que aquí tiene su habitat.


Salto del Gitano – Fuente del Francés: Senda de nuevo más pintoresca que transcurre por la margen del embalse y separada de la carretera a la que no se sale hasta el mismo puente. Este trayecto, de unos 45 minutos y de camino fácil, sin pendiente, es, junto con la subida al castillo, la parte más bonita de la marcha a lo que contribuye su separación de la carretera.


Puente del Francés – Villarreal de San Carlos: es el mismo itinerario que a la ida.

Al finalizar el recorrido visitamos el Centro de Interpretación lo que merece la pena pues supone resumir de una forma muy didáctica y amena todo lo que acabas de ver y alguna cosa más que se nos habrá pasado.

Y como esperábamos, todavía nos dió tiempo a visitar Plasencia no sin antes hacer algo de tiempo para que se nos secara la ropa del grán chaparrón que nos cayó en el último tramo de la marcha.

Plasencia nos resultó una ciudad muy manejable y al mismo tiempo muy animada. Nada más entrar a pié cruzando el río Jerte, nos recordó mucho a Cuenca. Aunque tambien puede que recuerde algo a Soria con el Duero, si bien esta visión la tenemos más alejada en el tiempo. Un buen café con bizcocho para reponer fuerza y tomar ánimos para la visita de la ciudad.

Fué una visita muy rápida, simplemente para captar un poco el ambiente y pasear por el centro para que nos queden ganas, como así ha sido, de volver pronto.

Entramos por la Puerta de Trujillo y subimos por la calle del mismo nombre salendonos a la derecha para ver la plaza de la Catedral, flanqueada por las catedrales, y otras casa señoriales como la casa del Dean con su famoso balcón de esquina y el Palacio de Justicia. Volvemos a la calle Trujillo para continuarla hasta la concurrida y animada plaza Mayor, porticada y de planta irregular. Es curiosa la figura del abuelo Mayorga que encaramado a la torre del reloj del Ayuntamiento anuncia las horas a los placentinos.

Alargamos un poco más el paseo subiendo por la calle del Rey, casi prolongación de la Trujillo para visitar un acueducto que se conserva con cincuentaytantos arcos en pié. Y volvimos por nuestros pasos a la plaza Mayor para dejarla por la calle de la Zapatería, otra calle en V con la de Trujillo con el vértice en la plaza Mayor y tan emblemática como ella, para salir a la Plaza de San Nicolás, en el momento que hacía su salida una procesión.

Y cansados ya de todo el día y antes de que se hiciera de noche regresamos al coche para iniciar nuestro viaje de vuelta a Madrid y completar un esplédido día.